Que haga calor en verano, mucho calor y frío en invierno (mucho frío), tiende a ser lo normal.
Más allá del alarmismo climático, de la psicosis colectiva del calentamiento terrestre, de la influencia social por parte de los medios y de la percepción personal de un supuesto incremento de la sensación térmica, invito a leer los siguientes puntos de información, más allá, repito de la percepción personal y de la sugestión que padecemos por parte de unos pocos interesados, que vienen a clarificar lo cíclico de lo que estamos viviendo en cuanto al clima:
A) Evolución del clima a lo largo de la historia. En cualquier manual serio se puede constatar que hace 100 millones de años la temperatura media del planeta era entre 6 y 12 grados mayor que la actual. Así mismo se explica lo cíclico, a lo largo de la historia de los períodos de la historia, el alza de temperaturas, que pusieron coto a la era glacial de la tierra.
B) Dinámica y comportamiento del sol con relación a la tierra. En la actualidad el sol está en una fase de máxima actividad. De hecho se han señalado varias efusiones de llamaradas solares en los últimos meses, lo cual obedece a ciclos solares y tienen especial relevancia con respecto a la temperatura de la tierra.
Hasta aquí, nada de lo comentado es un juicio de valor, ni una opinión. Todo es constatable. Creo, sin embargo, que tanta histeria se disiparía consultando y preguntándose el porqué y no dejándose llevar por medios y propagandas.
Más allá de percepciones, de conjunciones telúricas y de aseveraciones alarmistas y empañadas por tanto interés, si alguien conoce un estudio serio y académico (no me sirven los agoreros mediáticos de turno, ni los visionarios comunistas que se están enriqueciendo con esta cuestión, tampoco me valen los testimonios de vírgenes levitativas naturistas y naturalistas que se funden con el medio, ni las conjeturas de una niña que recorre el mundo en un barco de lujo y desconoce, si quiera, lo elemental del clima terrestre.
Un estudio, por lo tanto, académico y contrastado que aporte valor a la evolución o periodicidad del clima terrestre que nos está tocando vivir.
Pd. Nótese lo perverso del planteamiento semántico desde el mismo concepto: se habla de cambio climático (con una connotación negativa y catastrófica) cuando, en realidad, es evolución en ciclo general y con perspectiva histórica.